El duelo por la muerte de un ser querido es una experiencia profundamente humana y, prácticamente, universal. Sin embargo, cada persona vive el duelo de manera única: mientras algunas apenas presentan cambios visibles, otras enfrentan una angustia tan intensa que afecta gravemente su día a día (Zisook and DeVaul, 1985).
¿Qué es el duelo prolongado?
El duelo prolongado, también conocido como trastorno de duelo persistente o duelo complicado, hace referencia a una respuesta de dolor emocional que se mantiene con intensidad a lo largo de varios meses después del fallecimiento. Además, ha de tenerse en cuenta que este tipo de pérdidas pueden agravar condiciones previas como la ansiedad, el estrés postraumático o la depresión, incrementando el malestar psicológico y dificultando la recuperación emocional.
Diagnóstico y síntomas del duelo prolongado
Según la última edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11) (WHO, 2018), el diagnóstico de duelo prolongado requiere que la persona experimente un anhelo o preocupación persistente por el fallecido durante al menos seis meses tras la pérdida, junto, al menos, un síntoma adicional como la tristeza, la culpa, la ira, la dificultad para aceptar la muerte, el aislamiento social o el deterioro funcional.
Por su parte, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5-TR) (APA, 2022), reconoce el diagnóstico de duelo prolongado e incluyendo el anhelo o la preocupación persistente por el fallecido, además de, al menos, tres síntomas adicionales. Sin embargo, para ser diagnosticado debe haber transcurrido doce meses después de la pérdida.
Por último, durante los últimos años se ha comenzado a considerar el duelo previo a la muerte (Wangliu and Che, 2025), que abarca un cuadro de síntomas similar a los citados previamente, con la singularidad de que puede llegar a presentarse varios meses antes del fallecimiento del ser querido, especialmente en aquellos dolientes que acompañan a un familiar durante una enfermedad terminal.
Esta falta de consenso académico entre criterios diagnósticos, es el reflejo de una necesidad de apoyo social y terapéutico no cubierto, en una sociedad cada vez más individualista, que ha perdido sus costumbres culturales para sostener los procesos de duelo a nivel familiar y comunitario (Mills et al., 2024).
Tratamientos convencionales para el duelo prolongado: ¿son suficientes?
Tratamiento farmacológico para el duelo prolongado
Hasta la fecha, no existe evidencia sólida que respalde el uso de ningún medicamento como tratamiento único para el tratamiento del duelo prolongado (Simon and Shear, 2024). Sin embargo, se ha reportado un aumento en la prescripción de antidepresivos tras la pérdida de un ser querido, especialmente durante los primeros meses tras la pérdida (Orstein, et al., 2020). Esto subraya la necesidad urgente de desarrollar nuevas intervenciones terapéuticas que realmente aborden el núcleo del sufrimiento en los procesos de duelo sin provocar efectos secundarios derivados del uso prolongado de la farmacoterapia.
Tratamiento psicoterapéutico para el duelo prolongado
La terapia psicológica para el duelo prolongado se enfoca tanto en fomentar la aceptación de la pérdida como en restaurar la vida del doliente. El modelo con mayor evidencia científica y que ha demostrado ser más efectivo hasta la fecha es la terapia cognitivo-conductual. Sin embargo, su nivel de efectividad es moderado y tiende a disminuir si la intervención se realiza durante los seis meses posteriores a la pérdida (Komischke-Konnerup et al., 2024). Esta limitación deja desatendidos a muchos dolientes durante los primeros meses tras el fallecimiento del ser querido, precisamente cuando el dolor es más agudo y se manifiesta con mayor intensidad.
Nuevos enfoques terapéuticos: la Terapia Asistida con Psicodélicos para el tratamiento del duelo prolongado
En los últimos años, ha aumentado notablemente el interés por comprender y acompañar los procesos que rodean el final de la vida y el duelo, abordándolos desde distintas perspectivas.
En este contexto, la terapia asistida con psicodélicos ha comenzado a destacar como una herramienta innovadora y prometedora, especialmente en la prevención y tratamiento del duelo prolongado (Ehrenkranz et al., 2024). La terapia asistida con ketamina (Gowda et al., 2016), ayahuasca (Gonzalez et al., 2020) o psilocibina (Morton, 2023) para el tratamiento del duelo prolongado, no solo han mostrado efectos farmacológicos antidepresivos significativos, sino que también inducen estados modificados de conciencia que pueden facilitar experiencias profundamente transformadoras. Muchas personas reportan vivencias de reencuentro o conexión con el fallecido, abriendo una oportunidad para la resolución de asuntos pendientes y la continuación del vínculo. Otras personas relatan una reconstrucción del vínculo con el ser querido, favorecida por procesos de compasión y perdón que emergen de forma natural durante la experiencia con psicodélicos (González et al., 2019). Además, a nivel neurobiológico, los procesos de neuroplasticidad y neurogénesis que inducen estas sustancias se traducen en una mayor flexibilidad cognitiva, lo que facilita los cambios significativos a lo largo del proceso terapéutico y de crecimiento personal.
Nuestro modelo de apoyo en los procesos de duelo prolongado
En Clínica Synaptica, comprendemos que el duelo prolongado puede convertirse en un proceso profundamente doloroso y difícil de transitar. Si bien la investigación sobre el uso de psicodélicos como la MDMA, la psilocibina o la ayahuasca en el tratamiento del duelo prolongado está en curso, estos compuestos aún no están regulados por la Agencia Europea del Medicamento (EMA).
Actualmente, el único tratamiento con base psicodélica aprobado para uso médico es la ketamina, específicamente indicada para casos de Depresión Resistente al Tratamiento. Sin embargo, el marco regulatorio europeo permite el uso de medicamentos en modalidad off-label, es decir, fuera de su indicación oficial, cuando se trata de condiciones de salud sin tratamientos específicos aprobados o cuando los tratamientos existentes no han mostrado eficacia.
El duelo prolongado, en muchos casos, no responde a los antidepresivos convencionales, y se estima que solo el 50% de los pacientes logran adaptarse a través de la psicoterapia cognitivo-conductual especializada en el tratamiento del duelo (Simon & Shear, 2024). Por ello, en Clínica Synaptica proponemos la terapia asistida con ketamina como una alternativa terapéutica, dirigida a personas que, tras haber intentado adaptarse con otros enfoques terapéuticos, aún experimentan un dolor persistente ante la pérdida de un ser querido.
Nuestro modelo de acompañamiento combina la terapia individual asistida con ketamina con un enfoque psicoterapéutico centrado en la reconstrucción del significado personal. Además, complementamos el proceso con espacios de apoyo grupal, diseñados para explorar la dimensión existencial del proceso de duelo fomentando el crecimiento personal y espiritual en un entorno comunitario.
Referencias
- American Psychiatric Association. (2022). Diagnostic and statistical manual of mental disorders: DSM-5-TR. Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
- Ehrenkranz, R., Agrawal, M., Penberthy, J. K., & Yaden, D. B. (2024). Narrative review of the potential for psychedelics to treat Prolonged Grief Disorder. International Review of Psychiatry, 1–12.
- González, D., Cantillo, J., Pérez, I., Farré, M., Feilding, A., Obiols, J. E., & Bouso, J. C. (2020). Therapeutic potential of ayahuasca in grief: A prospective, observational study. Psychopharmacology, 237, 1171–1182.
- González, D., Carvalho, M., Cantillo, J., Aixalá, M., & Farré, M. (2019). Potential use of ayahuasca in grief therapy. OMEGA—Journal of Death and Dying, 79(3), 260–285.
- Gowda, M. R., Srinivasa, P., Kumbar, P. S., Ramalingaiah, V. H., Muthyalappa, C., & Durgoji, S. (2016). Rapid resolution of grief with IV infusion of ketamine: A unique phenomenological experience. Indian Journal of Psychological Medicine, 38(1), 62–64.
- Komischke-Konnerup, K. B., Zachariae, R., Boelen, P. A., Marello, M. M., & O’Connor, M. (2024). Grief-focused cognitive behavioral therapies for prolonged grief symptoms: A systematic review and meta-analysis. Journal of Consulting and Clinical Psychology, 92(3), 236–248. https://psycnet.apa.org/doiLanding?doi=10.1037%2Fccp0000834
- Mills, J., Abel, J., Kellehear, A., Noonan, K., Bollig, G., Grindod, A., … & Haberecht, J. (2024). The role and contribution of compassionate communities. The Lancet, 404(10448), 104–106.
- Morton, N. N. (2023). A phenomenological investigation of psilocybin use among the bereaved (Doctoral dissertation, Alliant International University).
- Ornstein, K. A. et al. (2020) New antidepressant utilization pre- and post-bereavement: a population-based study of partners and adult children. Soc. Psychiatry Psychiatr. Epidemiol. 55, 1261–1271. https://link.springer.com/article/10.1007/s00127-020-01857-1
- Simon, N. M., & Shear, M. K. (2024). Prolonged grief disorder. New England Journal of Medicine, 391(13), 1227–1236.
- Wangliu, Y. Q., & Che, R. P. (2025). A systematic review of coping and pre-death grief among dementia family caregivers. Palliative & Supportive Care, 23, e86.
- World Health Organization. (2018). ICD-11 for mortality and morbidity statistics (11th ed.). Prolonged grief disorder. https://icd.who.int/en/
- Zisook, S., & DeVaul, R. (1985). Unresolved grief. American Journal of Psychoanalysis, 45(4), 370. https://link.springer.com/article/10.1007/BF01254825

