Comparación de la terapia con ketamina intravenosa e intramuscular

Revisado y aprobado por Clínica Synaptica
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La terapia con ketamina se ha convertido en un tratamiento transformador para afecciones de salud mental como la depresión, la ansiedad y el TEPT, así como para el dolor crónico. Dos métodos principales —inyecciones intravenosas (IV) e intramusculares (IM)— ofrecen experiencias, beneficios y consideraciones diferentes. En el siguiente artículo, exploramos las diferencias entre la terapia con ketamina IV e IM, basándonos en la literatura y los conocimientos científicos, ya que ambas tienen sus particularidades, pero los estudios muestran niveles similares de seguridad y eficacia.

Mecanismos y Administración

Ketamina intravenosa (IV): La ketamina IV se administra directamente en el torrente sanguíneo a través de un catéter durante 40 a 60 minutos, lo que garantiza una biodisponibilidad del 100 %, lo que significa que la dosis completa llega al cerebro. Se considera que este método permite un mayor control de la dosis a lo largo del tiempo. Las infusiones IVs se utilizan con facilidad y frecuencia en dosis no psicodélicas, ya que a veces se consideran efectos secundarios. En nuestra práctica clínica, hemos comprobado que los efectos psicodélicos, junto con la integración, son partes esenciales y transformadoras del proceso.

Ketamina intramuscular (IM): La ketamina IM consiste en una única inyección en un músculo, generalmente el hombro o el muslo, cuyos efectos aparecen en 1 o 2 minutos y duran entre 30 y 60 minutos. La biodisponibilidad es ligeramente menor (aproximadamente el 93 %) debido a las variaciones en la absorción muscular, pero sigue siendo muy eficaz. La administración IM es más sencilla y no requiere acceso intravenoso continuo, lo que la convierte en un entorno más cómodo y con menos personal clínico. Se utiliza a menudo en entornos donde se desea un inicio rápido de la acción.

Ambos métodos actúan sobre los receptores NMDA para potenciar la actividad del glutamato, promoviendo la neuroplasticidad y aliviando los síntomas de depresión y dolor. Sin embargo, la administración gradual de la vía IV contrasta con el pico rápido e inmersivo de la IM, lo que afecta la experiencia terapéutica.

Eficacia y resultados terapéuticos

Estudios, como el ensayo aleatorizado de Chilukuri et al. de 2014, demuestran que tanto la ketamina IV como la IM producen efectos antidepresivos rápidos. En el estudio, la ketamina IV (0,5 mg/kg durante 40 minutos) y la IM (0,5 mg/kg o 0,25 mg/kg) redujeron las puntuaciones de la Escala de Depresión de Hamilton (HAM-D) entre un 58 % y un 60 % en dos horas, con efectos que se mantuvieron durante tres días. No se encontraron diferencias significativas en la eficacia entre ambas vías, lo que sugiere que la IM puede ser tan eficaz como la IV, incluso en dosis más bajas. Al combinarse con psicoterapia, tanto la IM como la IM mejoran los resultados al facilitar el procesamiento y la integración emocional.

En emergencias de salud mental, el inicio más rápido de la ketamina IV (en segundos) y su capacidad de ajuste gradual la hacen preferida para la ideación suicida aguda. Aunque la evidencia aún es escasa, la IV también podría ser superior a la IM en casos de dolor crónico, donde infusiones más largas y sostenidas podrían ser beneficiosas. Sin embargo, la ketamina IM ofrece un alivio sintomático comparable para la depresión, la ansiedad, el TEPT y otros diagnósticos, y algunos pacientes reportan una experiencia más profunda e inmersiva debido a su pico máximo rápido.

Seguridad y efectos secundarios

Tanto la ketamina IV como la IM son seguras cuando se administran en entornos clínicos controlados. En muy pocos casos, pueden presentarse efectos secundarios leves y transitorios, como náuseas y mareos. La ketamina IV puede causar aumentos transitorios de la presión arterial, mientras que la ketamina IM presenta una incidencia mínima de vómitos durante la recuperación, especialmente en estudios pediátricos. La administración IV conlleva un pequeño riesgo de irritación o extravasación venosa, que se minimiza con las inyecciones de IM. Ninguno de estos métodos afecta significativamente la función respiratoria, lo que hace que la ketamina sea más segura que otros anestésicos. Tanto la IV como la IM requieren supervisión profesional para garantizar su seguridad, especialmente en pacientes con antecedentes cardiovasculares o psiquiátricos.

Experiencia del paciente y consideraciones prácticas

Se considera que las infusiones IVs proporcionan una experiencia gradual y controlada, a menudo descrita como más fluida, con una ventana terapéutica más amplia para la integración de la psicoterapia. Sin embargo, la necesidad de un catéter durante la sesión puede resultar restrictiva, y algunos pacientes encuentran desconcertante la repentina bajada. La terapia IV requiere un entorno clínico con personal capacitado, lo que aumenta los costos. Además, los pacientes a veces deben organizar el transporte después del tratamiento debido a los efectos persistentes.

Las inyecciones de IM ofrecen una experiencia más rápida e intensa, con efectos máximos que se disipan rápidamente en una hora. Según los informes de los pacientes, la simplicidad de una sola inyección y la libertad de movimiento durante la sesión resultan más convenientes para la sesión terapéutica. La IM también es adecuada para terapias grupales, donde los pacientes reciben inyecciones y participan en sesiones de integración, lo que mejora la accesibilidad.

Accesibilidad y preferencias clínicas

Aunque la vía IV es la más investigada, varias asociaciones, como KATA (Asociación de Terapia Asistida por Ketamina) y la Ketamine Research Foundation, abogan por la terapia IM en situaciones donde no se requiere supervisión médica constante. El modelo de IM promueve una psicoterapia profunda y es más sencillo de administrar.

En Clínica Synaptica trabajamos con IM porque ofrece varias ventajas atractivas. Permite un mayor distanciamiento del uso puramente medicalizado de psicodélicos y permite experiencias poderosas y transformadoras, con una integración adecuada. La IM requiere una sola inyección, lo que evita la necesidad de un acceso intravenoso continuo, que puede resultar incómodo o generar ansiedad en algunos pacientes. Los efectos de la IM comienzan en uno o dos minutos, proporcionando una experiencia rápida e inmersiva que algunos pacientes encuentran más profunda y propicia la transformación emocional.

Tanto la terapia con ketamina IV como la IM ofrecen un alivio rápido y eficaz para afecciones mentales y dolor crónico, con distintas ventajas según las preferencias individuales del paciente. La ketamina IV proporciona una dosificación precisa y una experiencia gradual, lo que la hace ideal para quienes requieren un seguimiento cercano. La ketamina IM, sin embargo, destaca por su simplicidad y su inicio rápido de acción, ofreciendo una experiencia mucho más estimulante y enriquecedora, lo que la convierte en una alternativa atractiva.

References

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