Miedo, trauma y MDMA

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Para poder comprender cómo afecta el miedo en nuestra vida, debemos considerar que cada día nos enfrentamos a esta emoción de diferentes maneras, llegando a ser la razón para hacer o dejar de hacer, un movilizador o un paralizante.

Una gran parte de nuestras decisiones vienen a estar condicionadas por esta emoción. Estos miedos que nos llevan al hacer o evitar, nacen muchas veces de pensamientos impulsados por creencias limitantes de nuestra mente. Pudiendo estar originadas por alguna enseñanza o limitación en nuestra infancia, así como también, adquirida en el transcurso de nuestro desarrollo.

Es una sensación básica, universal y primaria, la cual tiene como función la protección ante situaciones de riesgo. Actúa como regulador de nuestra conducta, avisándonos del peligro y posibles amenazas; daños a la integridad física, reputación, autoestima, autoconcepto o seguridad de la persona1. El sistema límbico es un conjunto de estructuras cerebrales que, de manera simplificada, podemos decir que es el principal encargado de esta sensación, dentro del cual podemos destacar la amígdala.

Dentro de las funciones generales de la amígdala podemos mencionar: la percepción de emociones, las respuestas conductuales ante el miedo, el reconocimiento de emociones (basado en la expresión facial ajena) y respuestas al placer2. Frente a dichas características, se ha observado que la amígdala está fuertemente relacionada con el procesamiento de señales de miedo y acondicionamiento de este 3.

El miedo a su vez se encuentra relacionado con el Sistema Nervioso Autónomo, el cual controla las funciones involuntarias del cuerpo, resultando en una respuesta de huida o lucha frente a una amenaza. Hoy en día se habla de cuatro respuestas: luchar, huir, congelarse o adular. Esta última se ha añadido recientmente en conversación sobre el estrés postraumático complejo, donde encontramos una respuesta de adulación hacia la persona amenzante como una estrategia de protección. 

TEPT y Fobias

Son variados los trastornos y malestares psicológicos asociados al miedo, los cuales comparten sintomatología como el estrés, la ansiedad, los pensamientos intrusivos, tensión muscular, entre otros.

Un ejemplo de esto es el Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT). Un trastorno que viene a significar un problema global en la salud pública, el cual se encuentra directamente relacionado con nuestra respuesta al miedo. Tras una exposición a un suceso que ponga en riesgo la integridad física y/o psicológica de la persona, es posible desarrollar este trastorno, que se caracteriza por tres síntomas principales; hiperactivación (ansiedad e hipervigilancia), experimentación intrusiva de experiencias traumáticas (recuerdos, pesadillas, flashbacks, ideas) y evitación (evitar estímulos que puedan recordar al suceso traumático)

Por otro lado, nos encontramos con las fobias, relacionadas también con nuestra respuesta al miedo. Las fobias son un subtipo de trastorno de ansiedad, derivado de la emoción básica del miedo. Cuando el miedo se mantiene por un tiempo prolongado sin que el medioambiente lo demande, se produce la ansiedad; cuando dicho miedo que persiste se encuentra ligado a un objeto, animal o situación específica se denomina fobia. Miedo irracional en relación a la situación vivida, ya que no se está en real peligro.

En cuanto al tratamiento, los tres procesos de orientación cognitivo-conductual que se escogen para el tratamiento clínico de las fobias específicas son la desensibilización sistemática, las técnicas de exposición y la realidad virtual (VR)5. El avance de la tecnología en nuestra época ha permitido crear nuevas herramientas como la VR, evidenciando una mayor eficacia en el tratamiento, aunque sus resultados no se sostienen tanto en el tiempo y se necesitan más ensayos clínicos y muestras de mayor tamaño para generalizar sus resultados. Estos procesos utilizados dentro de la terapia cognitivo conductual, pretenden modificar la sensibilidad ante los estímulos que nos producen angustia o temor.

En cuanto a el tratamiento farmacológico, en las últimas décadas los únicos fármacos aprobados por la FDA para el tratamiento del TEPT fueron la paroxetina y la sertralina, evidenciando una eficacia limitada. En cuanto a los diferentes tipos de psicoterapia para esta problemática (basadas en la exposición), estos han demostrado que existe un número importante de pacientes no responden al tratamiento. Es aquí cuando se comienzan a probar nuevas formas de tratamiento, como lo son la incorporación del MDMA en el proceso terapéutico. La MDMA es una sustancia psicoactiva y un derivado anfetamínico que promueve la liberación de al menos tres neurotransmisores: serotonina, dopamina y noreprifenina7,8.

La terapia psicodélica: MAPS y el MDMA

En 1986 Rick Doblin fundó la Multidisciplinary Association for Psychedelic Studies (MAPS), un año después de la ilegalización del MDMA (Pollan, 2018). Su objetivo fue la eventual aprobación del MDMA y otras sustancias psicoactivas como medicina por la Food and Drug Administration (FDA), agencia responsable de la regulación de alimentos y medicamentos en EE.UU. Desde su graduación en 1987, Doblin ha dedicado su vida a intentar cambiar la opinión del gobierno y la población estadounidense en la materia de drogas psicodélicas. Por esto fue que realizó un doctorado en Políticas Públicas en Harvard, para poder estudiar las complejidades del proceso de aprobación de sustancias como la psilocibina y el MDMA. Desde su fundación, MAPS logró la aprobación y financiación de importantes investigaciones con MDMA, psilocibina, cannabis, LSD, ibogaína y ayahuasca. Además de MAPS, en la actualidad existen una gran cantidad de centros y asociaciones involucradas en el desarrollo de la terapia psicodélica9.

La inclusión de psicodélicos al tratamiento psicoterapéutico pretende ayudar a catalizar dicho proceso e incrementar la capacidad del procesamiento cognitivo y emocional, disminuyendo el miedo, el nivel de activación y fortalecimiento de la alianza terapéutica o apuntando a los procesos de extinción del miedo y consolidación de la memoria. Es así como desde el año 2017, la FDA designó al MDMA como terapia innovadora 10para el TEPT, y actualmente se espera poder legalizar y regular su uso médico en combinación con intervención psicológica. Dicha solicitud tiene revisión prioritaria, donde se ha establecido como fecha de acción el 11 de agosto del 2024 8.

La justificación de su aplicación no recae únicamente en los efectos fisiológicos del MDMA, sino con la interacción que este genera (medicina, participante y terapeuta). La administración de esta medicación produce una experiencia que parece reducir temporalmente el miedo, donde al mismo tiempo aumenta el rango de emociones positivas (sobre uno mismo y los demás) e incrementa la confianza interpersonal.

Al administrar MDMA se produce una reducción de la actividad en la corteza insular y la amígdala derecha, estructura la cual se encarga de almacenar y adquirir recuerdos que generan miedo y que está correlacionada a sentimientos de ansiedad y tristeza. También ha mostrado aumentar la corteza prefrontal 11 . Al momento de reducirse dicha actividad y aumentar la liberación de serotonina, se crea un aumento en la flexibilidad cognitiva, permitiendo que los participantes se mantengan involucrados emocionalmente mientras reviven el trauma. Los pacientes pueden expresar y experimentar sentimientos como el miedo, la rabia, el duelo y la vergüenza sin sentirse abrumados o evitar dichas emociones, lo cual a su vez refuerza el vínculo terapéutico. Durante la experiencia también emergen sentimientos de empatía, amor y apreciación profunda, de la mano de una perspectiva más clara del evento traumático y mayor conciencia y seguridad en el presente 10.

El objetivo de estas sesiones con MDMA es reducir la sintomatología del TEPT, mejorar el funcionamiento del paciente, su bienestar y la calidad de vida en general. Esperamos poder trabajar con esta sustancia en un futuro, ya que la evidencia hacia su efectividad y seguridad es muy prometedora, pudiendo así causar un gran cambio en las vidas de muchas personas.

Desafortunadamente, el proceso de legalización y regularización es largo y complicado. A mediados de agosto de 2024, la FDA denegó la solicitud por parte de Lykos Therapeutics para aprobar el MDMA como medicamento para el TEPT, solicitando a la compañía un estudio adicional 12. Aunque Lykos no ha desvelado las razones exactas por las cuales la FDA ha solicitado este estudio adicional, algunas de las críticas más frecuentes son las siguientes: la dificultad para tener un grupo placebo verdadero – la mayoría de los participantes pueden adivinar si han recibido placebo o no; la presión a reportar una respuesta positiva; y la dificultad para distinguir entre los efectos de la psicoterapia y la medicación. En respecto a esto último, otras compañías están escogiendo realizar los estudios sin el componente terapéutico de acompañamiento. Aunque esto es útil para aislar los efectos del medicamento, es esencial seguir realizando estudios que combinan estos dos factores, ya que arriesgamos reducir el uso de estos medicamentos a un uso biomédico tal y como son los antidepresivos clásicos.

 Aunque es obvio que aún queda mucho trabajo por delante para el uso y la regularización del MDMA en el ámbito médico y psicoterapéutico, debemos agradecer los grandes avances hechos en la última década, mucho a través del trabajo de MAPS. La calidad y cantidad de la evidencia disponible ha aumentado notablemente, y gracias a ello, se han desarrollado protocolos de trabajo y seguridad para el uso del MDMA que ya han ayudado a cientos de personas con TEPT a mejorar su calidad de vida sustancialmente. Esperamos poder seguir viendo estos avances en los próximos años, para que esta ayuda pueda llegar a mucha más gente.

Referencias:

(1) (2) Herrera Aboytes, V. H. ., M. J. . Aboytes Zarazúa, L. V., Salvador Valerio, and C. P. . Rojas Tapia. “The Functional Implication of the Amygdala in Relation to Fear”. International Journal of Medical Science and Clinical Research Studies, vol. 2, no. 11, Nov. 2022, pp. 1270-5, doi:10.47191/ijmscrs/v2-i11-20.

(3) Adhikari A, Lerner T, Finkelstein J, Pak S, Jennings J, Davidson T. Basomedial amygdala mediates top-down control of anxiety and fear. Nature 2015; 527(7577):179-185

(4) Mithoefer, M. (2017). A Manual for MDMA-Assisted Psychotherapy in the Treatment of Posttraumatic Stress Disorder; Version 8.1. Recuperado de: https://maps.org/2014/01/27/a-manual-for-mdma-assisted-therapy-in-the-treatment-of-ptsd/.

(5) Reyes, Andrés Camilo Delgado, and Jessica Valeria Sánchez López. «Miedo, fobias y sus tratamientos.» Revista electrónica de psicología Iztacala 22.2 (2019): 798-833.

(6) Capafons Bonet, J. I. «Tratamientos psicológicos Eficaces Para Las Fobias específicas». Psicothema, vol. 13, n.º Número 3, diciembre de 2001, pp. 447-52, https://reunido.uniovi.es/index.php/PST/article/view/7898.

(7) Feduccia, A. A., y Duvauchelle, C. L. (2008). Auditory stimuli enhance MDMA-conditioned reward and MDMA-induced nucleus accumbens dopamine, serotonin and locomotor responses. Brain research bulletin, 77(4), 189–196. https://doi.org/10.1016/j.brainresbull.2008.07.007

(8) Sessa, B., y Nutt, D. (2015). Making a medicine out of MDMA. The British journal of psychiatry : the journal of mental science, 206(1), 4–6. https://doi.org/10.1192/bjp.bp.114.152751

(9) Apud, I., Carrera, I., Scuro, J., y Montero, F. (2021). ¿Es posible desarrollar investigaciones clínicas utilizando sustancias psicodélicas en Uruguay? Revista de Psiquiatría del Uruguay, 85(1), 63-76. http://spu.org.uy/sitio/wp-content/uploads/2021/10/05_RV_02.pdf

(10) Revisión de prioridades de la FDA. Disponible en: https://www.fda.gov/patients/fast-track-breakthrough-therapy-accelerated-approval-priority-review/priority-review . Consultado en enero de 2024 .

(11) Gamma, A., Buck, A., Berthold, T., Liechti, M. E., & Vollenweider, F. X. (2000). 3,4-Methylenedioxymethamphetamine (MDMA) modulates cortical and limbic brain activity as measured by [H(2)(15)O]-PET in healthy humans. Neuropsychopharmacology : official publication of the American College of Neuropsychopharmacology23(4), 388–395. https://doi.org/10.1016/S0893-133X(00)00130-5

(12) Reardon S. FDA rejects ecstasy as a therapy: what’s next for psychedelics? Nature [Internet]. 2024 [cited 2024 Aug 28]; Available from: https://www.nature.com/articles/d41586-024-02597-x

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